viernes, 7 de noviembre de 2008

Mi ex-novia del Congo (dos de dos)

Si hay algo certero que define a una persona, es aquello que no hace. Los límites inexplorados de la personalidad, el arrebato, la disposición de espiritú, la aventura, todo aquello que un individuo puede elevar a alturas insospechadas - o no hacerlo - es lo que confirma quiénes somos. De la misma manera que un perímetro límita el área de cualquier forma, y que dentro de esta toda suerte de elementos son posibles, el no estrecha nuestra personalidad dentro de la cual todas las cosas en su rango - área - son posibles. ¿Besar a un hombre? ¿Votar por el Partido Verde? ¿Asaltar un banco? No, no y no. Dentro de esas cosas, mucho es factible. Siempre son los "no" los que nos dan la pauta a nuestras acciones. El "no" como elemento definitorio de vida es tan imprescindible que a su vez lo negamos. Ironías que se mantienen, ideas que no despegan. Un momento de clarividencia llegó a mi de la mano de un ex-marine y un ex-soldado del ejercito de tierra americano. Uno fumaba Lucky Strike, el otro Marlboro, y yo Camel's. ¿Nos define lo que fumamos? ¿Nos define lo que NO fumamos? Los Lucky Strike me saben a todo menos a algo conciso. Los Marlboro se me hacen demasiado comerciales y típicos. Conozco pocos que fumen Camel's Natural Flavor y eso me hace sentir especial, único. Pero la triste realidad es que no es así. Si fuera yo su único comprador, no podría adquirirlos en cada pinche esquina donde hay un Oxxo. En ese esfuerzo de aspirar a una identidad propia, nos uniformizamos inconscientemente. Nos define también lo que no decimos. Incontables son las veces en que experimentamos esa sensación de levantarnos, dar una cachetada a quien lleva la conversación y exclamar un par de palabras altisonantes estratégicamente seleccionadas para herir el alma de quien se encuentra diciendo las estupideces. No lo hacemos generalmente porque la idea de NO funcionar en una sociedad que tiende a alimentarse de conversaciones inermes nos aterra. Nos define lo que no escribimos. Y nos define lo que no comentamos. Tal vez la vejez y la sabiduría sean la marca que la vida impone a los que ya no necesitan definirse. Quienes pasaron esa carretera llena de momentos clave para girar en ciertas curvas, o respetar determinados tramos peligrosos, o para ir más lentos bajo la lluvia ya no necesitan definirse. Lo hicieron - dubitativamente - mucho tiempo atrás. Mi ex-novia del Congo debe ser que nunca andaré con ella. Debe saber que ella me define.

2 comentarios:

  1. AaBe, me pongo de pie ante esta reflexion y la anterior, que por cierto estoy leyendo juntas. Sabes por demas, lo que pienso de ti, en lo que acontinuacion, no escribire! jeje

    Saludos y un fuerte abrazo y salud! por lo que todavia no nos define!.

    OsBe

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  2. Te echamos de menos en la última tertulia de la indefinición, mi estimado futuro anfitrión ;-)

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